“Me uno, oh Corazón de Jesús”

A tu amor ardiente… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu celo fervoroso… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tus reparaciones… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tus acciones de gracias… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tus oraciones inflamadas… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu silencio elocuente… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu humildad… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu obediencia… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu paz y mansedumbre… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu bondad inefable… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu caridad universal… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu profundo recogimiento… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu tierna solicitud por la conversión de los pecadores… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu íntima unión con tu Padre Celestial… Me uno, oh Corazón de Jesús

A tu intenciones y deseos… Me uno, oh Corazón de Jesús

Para San Arnoldo, fue natural pensar a menudo y hablar de Cristo refiriéndose a su Corazón Sagrado. Fue esta devoción la que lo guio, a través de su compromiso en el Apostolado de la oración, a ampliar sus horizontes apostólicos, más allá de las fronteras, al mundo entero y a comprometerse él mismo para realizar el lema: “Viva el Corazón de Jesús en los corazones de todas las personas”.

Hna Cecilia SSpS