Preparando la Cuaresma

Este miércoles iniciamos la Cuaresma, período de cuarenta días de preparación para la Pascua; tiempo de penitencia y de conversión. Inicia el Miércoles de ceniza y concluye antes de la Misa Vespertina del Jueves Santo. Bien vivida, la Cuaresma prepara para una auténtica y profunda conversión personal, para participar en la fiesta más grande del año: la Resurrección del Señor.
La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: ayuno, oración y limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás.
Convertirse es reconciliarse con Dios, apartarse del mal, para establecer la amistad con el Creador.
Nuestro deseo de conversión se puede realizar arrepintiéndonos y confesando nuestros pecados en el Sacramento de la Reconciliación; superando las divisiones, perdonando y creciendo en espíritu fraterno; practicando las Obras de Misericordia.