En Latinoamérica cada primero de agosto se rinde homenaje, veneración y muestras de agradecimiento a la madre Tierra por las cosechas, la abundancia del suelo y el buen tiempo. Se celebra el Día de la Pachamama.

Con la celebración de este día se pretende dar a conocer las costumbres y tradiciones ancestrales de pueblos originarios y comunidades indígenas, para establecer una conexión profunda con la Tierra.

Es un día muy especial para los pueblos andinos, para venerar y agradecer a la madre Tierra por las cosechas recibidas, efectuando peticiones para las futuras cosechas.

Es de vital importancia visibilizar las problemáticas que afrontan estas regiones, afectando la biodiversidad del planeta. Entre las principales amenazas se destacan las siguientes:

  • Deforestación de miles de hectáreas de tierra.
  • Incendios forestales.
  • Depredación y extinción de especies animales y plantas.
  • Cambio climático.
  • Contaminación ambiental.
  • Invasiones.
  • Extracción ilegal de recursos naturales.

Tales factores generan un daño ambiental irreparable a la tierra y al ambiente, afectando la supervivencia de comunidades indígenas y campesinas.

Hábitos saludables para la Madre Tierra

Debemos tomar conciencia acerca de la implementación de acciones y cambio de hábitos orientados a la preservación y recuperación de la madre Tierra, logrando un planeta más verde y más sano para las generaciones venideras. A continuación mostramos algunas recomendaciones para forjar hábitos saludables para la Tierra:

  • Racionalizar el consumo de agua de manera eficiente. No dejar llaves abiertas, tomar duchas de menor duración.
  • Elegir productos sustentables y no probados en animales (cruelty free).
  • Disminuir el consumo de animales y productos derivados.
  • Evitar el uso de plásticos y químicos.
  • Consumir productos de estación y de producción local (frutas, verduras y vegetales).
  • Usar productos de limpieza biodegradables.
  • Usar papel reciclable.

#DíadelaPachamama #Pachamama

Es una de las fiestas patrias más importantes de la Argentina por lo que ocurrió ese día de 1816, durante la sesión del Congreso de Tucumán.

Según las crónicas de la época, el martes 9 de julio de 1816 estaba soleado y a eso de las dos de la tarde los diputados del congreso comenzaron a sesionar.

Tras arduas discusiones, finalmente los representantes firmaron la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y la afirmación de la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”

El día 29 de Junio, alumnos, profesores, directivos y equipo pastoral nos reunimos para misa en memoria del querido hermanito Boni, quien dejó una huella importante en la institución, y en los que tuvimos la bendición de conocerlo.

El 27 de Junio, compartieron una charla enriquecedora Representantes legales congregacionales, Equipo directivo y de la congregación junto al equipo de FAERA (Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina) sobre diferentes temáticas actuales.

El 26 de Junio celebramos el acto en conmoración del Día de la bandera, por un nuevo aniversario del fallecimiento de Manuel Belgrano, el mismo tuvo su momento emotivo cuando Ana Savio obsequió a la institución bandera nacional y bandera de la libertad civil, hermoso gesto con el que agradece su paso y enseñanzas por esta casa, que la recibe con brazos abiertos.

En la Argentina se celebra el Día de la Bandera en conmemoración a su creador Manuel Belgrano, fallecido el 20 de junio de 1820.

La historia de la bandera

El 27 de febrero de 1812, a orillas del río Paraná, fue izada por primera vez la bandera argentina. El lugar exacto de este hecho histórico se ubica donde años más tarde se construyó el Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe

Según registros de la época, la Bandera fue confeccionada por María Catalina Echevarría de Vidal, hija de inmigrantes vascos amigos de prócer nacional.

Belgrano explicó al Triunvirato su decisión: «Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional».

El pabellón fue adoptado oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata en julio de 1816 por el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucumán.

 

 

Martín Miguel Güemes es frecuentemente recordado como el “héroe de la liberación nacional”. Fue un general del ejército argentino que jugó un papel muy importante durante la Guerra de la Independencia y durante la Guerra Gaucha, cuando detuvo seis invasiones de los ejércitos realistas.

Además, fue el primer gobernador de la provincia de Salta que no fue nombrado por Buenos Aires, y ocupó ese cargo desde 1815, durante seis años. En su campaña al norte, Güemes se presentó en Salta como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la revolución. Su hermana María Magdalena Güemes, más conocida como “Macacha”, fue una de sus principales colaboradoras.

Martín Miguel Güemes nació el 8 de febrero de 1785 en Salta, en el seno de una familia acomodada. Su padre, Gabriel Güemes Montero, era tesorero de la Real Hacienda de la corona española, y su madre, María Magdalena de Goyechea y la Corte tenía ascendencia española, portuguesa, vasca y catalana.

Comenzó su carrera militar a los 14 años, cuando se enlistó como cadete. A los 21 años, viajó a Buenos Aires para participar en la defensa contra las invasiones inglesas. Unos años más tarde, pidió licencia para regresar a Salta junto a su padre enfermo, lo que le permitió ocupar un rol importante luego de que estallara la Revolución de Mayo, ya que le fue asignada la patrulla de la quebrada de Humahuaca cuando el ejército partió hacia el norte.

Martín Miguel Güemes cumplió un rol destacado para impedir la conquista de territorio del norte por ejércitos realistas

Más tarde, fue nombrado teniente coronel e incorporado a las divisiones del Ejército del Norte, y San Martín lo nombró al mando de la vanguardia, reemplazando a Manuel Dorrego, a quien había sido sancionado y desterrado por indisciplina.

Creó el regimiento llamado “Los Infernales”, una milicia gaucha compuesta por mulatos, mestizos y pequeños arrendatarios, que utilizaban un distintivo uniforme rojo. Este grupo resultó fundamental para poder triunfar frente a los ejércitos enemigos, al conocer el terreno, poder cubrir vastas extensiones de tierra, y ser eficaz para la emboscada y la retirada.

«Los Infernales» fue la milicia gaucha que dirigió Güemes y junto a la que batalló hasta su muerte

Güemes murió el 17 de junio de 1821, a los 36 años de edad, en la Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta, en un catre improvisado en plena contienda. Fue el único general argentino que murió en combate durante la Guerra de la Independencia Argentina. Luego su cadáver fue inhumado en la Capilla del Chamical.