«Todo lo que hagáis, hacedlo lo mejor posible y con alegría, como si vuestro trabajo fuera para el Señor y no para los hombres.» Col. 3:23
Bendice, Señor, cada aspecto de nuestra vida y bendice el trabajo, bendice mente, pensamientos, bendice manos y las herramientas de trabajo, que todo sea tocado por tus benditas manos, Señor y quede cubierto de tu gracia y de tu unción para que los resultados de las labores sean hechas bajo tu santa y perfecta voluntad.
Nos proponemos a poner todo para ser un elemento de bien en el trabajo y dejar que tu bendición actúe sobre nosotros.
Prometo ser entusiasta y levantarme con tu ayuda cuando todo parezca perdido, pues tengo la certeza que Tú nunca nos das algo que nosotros no podemos sobrellevar y si no sabemos algo, eres Tú quien nos instruye y nos inspira, mi Señor. Sé que tienes grandes planes para nuestra vida y que todo lo haces en tiempos perfectos, es por ello que confío en Ti y lo dejo todo en tus manos, mi Señor.